SALUDOS
Nunca había hondeado en el tema de la novela de misterio y terror a
pesar que me gusta mucho. Lo cierto es que después de cierto silencio de
escritura y por no subir un escrito que aún no he finalizado, llegó este nuevo
cuento a mi cabeza. Producto de las intrincadas redes de mi cabeza y miedos
latentes por cosas que me han ocurrido, tuve un mal sueño que fue el inspirador
de este cuento.
Me sorprende un poco el resultado porque aunque tengo muchos gustos por
la novela gótica, la novela de horror de Lovecraft y de Poe, quizás sea una
base inspiradora. Bueno aquí va, espero sea de su agrado y disfruten el
producto de mis más perturbados sueños y oscuros recónditos avatares que salen
a hacer catarsis.
Allí estaba eso
Allí estaba eso. No existe en este mundo muchos adjetivos para explicar
lo que era, lo que mis ojos aún no daban crédito de estar presenciando; era
casi como un símbolo de una brecha entre dos mundos, el nuestro y un mundo
sombrío, sobrenatural; Posado sobre las ruinas de una vieja estructura que
antaño fue monumento para resaltar el valor de héroes caídos en batalla, miraba
fijamente hacia el horizonte, hacia el mar, sublime y oscuro casi inamovible
como una gárgola. Era majestuosamente atemorizante verlo pero algo en mi me
tenia atado, fijo desde el balcón de mi edificio. De alguna manera esa criatura
estaba conectada conmigo, de alguna manera profana y oscura. Podía sentir un
poco lo que el sentía y lograba esbozar algo de lo que pensaba, incluso ver un
fragmento de lo que podían contemplar sus ojos.
Aquel ser que parecía ser un engendro del antiguo y temido reino donde
habitan solo monstruos mas allá de la comprensión humana, donde solo los
incomprendidos y expatriados seres habitan; tenia una extraña forma, podía
tener cinco veces el tamaño de un ser humano promedio, piel y pelaje cambiante
entre una persona y un zorro de color amarillo ocre, como ojos pequeños y
siniestros de los que manaba ira, irracionalidad, entrega a una pasión negativa
y primal pero monumental dentro de su esencia. Paralizado en mi espacio, lo
estudiaba, nunca había temido tanto a algo como en ese momento.
Llegado el momento, como si rompiera con un letargo que lo tenia casi
inamovible, se irguió; en su siniestra magnificencia sin nombre miró todo a su
alrededor, se sintió observado y mis mas oscuros temores se levantaron con el; como
solo lo hacen las grandes bestias, un solo toque de sus garras destruía todo
aquello que ya se encontraba en ruinas en una sutil manifestación de su poderío
y alarde. Ni siquiera en las noches más temibles cuando el antiguo Cthulhu
despertaba se veía un sacrílego nacimiento de semejante ser, polvo y roca eran
su trono reluciente, miedo y oscuridad su estandarte.
Finalmente me encontró; pude ver sus rasgados y pequeños ojos jadeantes
de horrores que jamás conocí, pude ver en una milésima de segundo ardientes
vacíos y tristezas que duraron encadenadas durante eones, pude ver cenizas de
mundos que se encontraban en planos ancestrales y dimensiones ya inexistentes e
incluso compadecí ante un gran lejano rincón de tristeza, guardado como solo
los niños pequeños guardan sus tesoros más grandes tesoros de canicas y
carritos oxidados. Me señaló y abrió su mano apuntándola hacía mi, y de su boca salió un grito aullido, tan
largo y sufrido que pudo despertar a los antiguos dioses primigenios. Mientras
menguaba aquel mórbido lamento recitó una frase indescifrable para mis oídos
pero tan clara como para ser escuchada bajo tierra.
Mientras me observaba sin parpadeante mirar, una lúcida pesadilla en la
que me perseguía atravesando por un bosque muerto de concreto del que ya no
tenia memoria; el mas siniestro juego del gato y el ratón, sintiendo el sonido
de su respirar cerca, siendo la presa con la que se juega antes de matarse,
muriendo entre la pesadumbre, el cansancio rodeado de espinos y miedos donde la
luz no tiene forma ni lugar. Ocurrió
mientras me observaba y mientras acababa de recitar su siniestro mantra,
bajando su brazo, en un estallido de niebla se disipó lentamente.
Ya todo a mi alrededor recobró la forma real de las cosas, La madrugada
paso dejando que la brisa del mar nocturno se llevara todo como barcos que
ondean velas hechas harapos tenebrosos pero su imagen quedo tatuada en mi mente
como solo quedan las cosas que se ocultan y se creen olvidadas, que se temen y
se odian; por fin pude entender lo que recitó mientras bajaba su brazo y
desaparecía, “soy tu miedo y oscuridad, soy tu sombra y el poder abrazador de
iras tenues, soy aquello que no quieres ser y los errores que no quieres
cometer, me temes y te temes a ti mismo, soy tu no siempre tu”.
Andres Ulloa.
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