viernes, 27 de julio de 2012

Nuevas letras, sombrías letras


SALUDOS


Nunca había hondeado en el tema de la novela de misterio y terror a pesar que me gusta mucho. Lo cierto es que después de cierto silencio de escritura y por no subir un escrito que aún no he finalizado, llegó este nuevo cuento a mi cabeza. Producto de las intrincadas redes de mi cabeza y miedos latentes por cosas que me han ocurrido, tuve un mal sueño que fue el inspirador de este cuento.

Me sorprende un poco el resultado porque aunque tengo muchos gustos por la novela gótica, la novela de horror de Lovecraft y de Poe, quizás sea una base inspiradora. Bueno aquí va, espero sea de su agrado y disfruten el producto de mis más perturbados sueños y oscuros recónditos avatares que salen a hacer catarsis. 







Allí estaba eso


Allí estaba eso. No existe en este mundo muchos adjetivos para explicar lo que era, lo que mis ojos aún no daban crédito de estar presenciando; era casi como un símbolo de una brecha entre dos mundos, el nuestro y un mundo sombrío, sobrenatural; Posado sobre las ruinas de una vieja estructura que antaño fue monumento para resaltar el valor de héroes caídos en batalla, miraba fijamente hacia el horizonte, hacia el mar, sublime y oscuro casi inamovible como una gárgola. Era majestuosamente atemorizante verlo pero algo en mi me tenia atado, fijo desde el balcón de mi edificio. De alguna manera esa criatura estaba conectada conmigo, de alguna manera profana y oscura. Podía sentir un poco lo que el sentía y lograba esbozar algo de lo que pensaba, incluso ver un fragmento de lo que podían contemplar sus ojos.

Aquel ser que parecía ser un engendro del antiguo y temido reino donde habitan solo monstruos mas allá de la comprensión humana, donde solo los incomprendidos y expatriados seres habitan; tenia una extraña forma, podía tener cinco veces el tamaño de un ser humano promedio, piel y pelaje cambiante entre una persona y un zorro de color amarillo ocre, como ojos pequeños y siniestros de los que manaba ira, irracionalidad, entrega a una pasión negativa y primal pero monumental dentro de su esencia. Paralizado en mi espacio, lo estudiaba, nunca había temido tanto a algo como en ese momento.

Llegado el momento, como si rompiera con un letargo que lo tenia casi inamovible, se irguió; en su siniestra magnificencia sin nombre miró todo a su alrededor, se sintió observado y mis mas oscuros temores se levantaron con el; como solo lo hacen las grandes bestias, un solo toque de sus garras destruía todo aquello que ya se encontraba en ruinas en una sutil manifestación de su poderío y alarde. Ni siquiera en las noches más temibles cuando el antiguo Cthulhu despertaba se veía un sacrílego nacimiento de semejante ser, polvo y roca eran su trono reluciente, miedo y oscuridad su estandarte.

Finalmente me encontró; pude ver sus rasgados y pequeños ojos jadeantes de horrores que jamás conocí, pude ver en una milésima de segundo ardientes vacíos y tristezas que duraron encadenadas durante eones, pude ver cenizas de mundos que se encontraban en planos ancestrales y dimensiones ya inexistentes e incluso compadecí ante un gran lejano rincón de tristeza, guardado como solo los niños pequeños guardan sus tesoros más grandes tesoros de canicas y carritos oxidados. Me señaló y abrió su mano apuntándola hacía  mi, y de su boca salió un grito aullido, tan largo y sufrido que pudo despertar a los antiguos dioses primigenios. Mientras menguaba aquel mórbido lamento recitó una frase indescifrable para mis oídos pero tan clara como para ser escuchada bajo tierra.

Mientras me observaba sin parpadeante mirar, una lúcida pesadilla en la que me perseguía atravesando por un bosque muerto de concreto del que ya no tenia memoria; el mas siniestro juego del gato y el ratón, sintiendo el sonido de su respirar cerca, siendo la presa con la que se juega antes de matarse, muriendo entre la pesadumbre, el cansancio rodeado de espinos y miedos donde la luz no tiene forma ni lugar.  Ocurrió mientras me observaba y mientras acababa de recitar su siniestro mantra, bajando su brazo, en un estallido de niebla se disipó lentamente.

Ya todo a mi alrededor recobró la forma real de las cosas, La madrugada paso dejando que la brisa del mar nocturno se llevara todo como barcos que ondean velas hechas harapos tenebrosos pero su imagen quedo tatuada en mi mente como solo quedan las cosas que se ocultan y se creen olvidadas, que se temen y se odian; por fin pude entender lo que recitó mientras bajaba su brazo y desaparecía, “soy tu miedo y oscuridad, soy tu sombra y el poder abrazador de iras tenues, soy aquello que no quieres ser y los errores que no quieres cometer, me temes y te temes a ti mismo, soy tu no siempre tu”.



Andres Ulloa.

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