martes, 10 de enero de 2012

Hace tanto que no dejo algo por aca...

Seguidores, malavaristas, barrenderos, prepagos, amigos y enemigos (creo que no los tengo y si los tengo me vale tres tiras), gente interesada en esto e inoficiosos...volví. Ha sido un año jodidamente duro pero también edificante personal y profesionalmente, he conocido gente del putas, he disfrutado de vicios sanos y vuelvo un poco inquieto del corazón pero ya relajandome, confieso que leo menos y escribo menos pero si el mundo ha de acabarse que me coja con un libro escritoy ojalá publicado entre otras letras.

Honestamente lo último que escribí puedo llegar a considerarlo indigno porque no me gusta escribir sobre tanto amor y mas si es algo tan personal pero salió de la nada y apesar que no queria subirlo, lo consideron un acto egoista para mis propias letras no exponerlo es el desahogo por algo que se perdió. Espero que nunca me pregunten por ello; en cuanto a las niñas, feminas, mamasitas que lean esto último escrito lleguen a pensar frases como "ay que divino, me morí, ahhh que lindo, Andres Ulloa dame un hijo, entre otras, las entenderé perfectamente, jejejejeje.

Aqui va.


CAZADOR



Notable, suavemente...escapas. el brío de tu perfume se coló tácitamente en mis pupilas. el ego de tu sigilo sin límites me hizo tenerte por pocas lunas en corazas de poca fe y triste ilusión y me vi sumado a una caza sin ley y consumido por sueños de etanol y verdes eternidades. Jadeante, desafiante, aberrante, solitario recorro por donde se coló tu naturaleza de diente de león, con sonrisa de viento, rápida y dilapidada...efímera.
No le temo a los demonios guarda rastro que vigilan tus sueños mientras tus pies recorren ya que no se logran cazar muchos unicornios en estos días. El rastro de tu saliva hecha esporas me recuerdan tus malsostenidos labios, tus labios, un baño de maná cerebral me desata en sueño cuyo origen tiene tu par de ojos tornasol.
la salvaje exquisitez de tu piel que cambias como la más bella serpiente arbórea, suele difundirse entre cuentos de ermitaños a los que irrumpo en el camino. te fugaste con mi desgracia y te camuflaste en mi pesar.
Sigo tus pasos; ferviente, indómito, indescifrable. Tu aroma es como esas cosas que el olfato mas prodigioso nunca termina de narrar. pareces tener lapsos en tiempo donde triplicas tu esencia para despistar mis sentidos, no eres fácil de hallar pero a la vez logras proyectarte ante mi como un hada, invisible, a veces inconsciente pero con esa cara de sonrisa que se cree capaz de eclipsar el universo. Pero irrumpes aún sin quererlo y lo haces con ese color de voz irremediablemente tácito, como si no lo quisieras pero ahí estas, jodidamente despreocupada e inconsciente de ello pero siempre hermosa.
Por ratos te me pierdes, brincas, juegas, tapizas un mundo tan despiadadamente infame, cubriéndolo de matices de otros mundos más inocentes, sublimes y no pasa un momento sin que te extrañe ya que seguirte sin verte es mi patio de juegos; pero ahí estas de nuevo tan fugaz, sosegada, cándida, discreta...etérea.
Caen los días con sus intermitencias e incoherencias; exaltado por saber  si dejaste en la sutileza de la selva tus huellas, si tu mirada de niña exploradora siguió pegasos, distraída, ensimismada sin conocer lo que puede hacer el eco de tu cabello, el atisbo de ti que deja y que vuela ajeno a los designios de dioses de viento; no conoces lo que eres. Cae el mundo y sus banalidades, todo se desmorona con tu rastro de sonrisas y ojos sin Dios ni ley, consumiéndote a cada respiro que doy en la distancia disipándolo todo, incluso tu imagen.
A veces pienso que me sigues y no te das cuenta de lo maravillosa que se ve tu proyección en los torrentes de maleza, de esos que te sacuden a zonas desconocidas. Ojalá te me esfumaras en un sueño y no tener que intentar descifrar los mitos que dejas tras este amor perdido. Sucede que te pierdes como si nada y me pones a cargar con esta tristeza del alma humilde y noble, aún cargando con tus sueños y los míos.
Senderos de pensamientos tímidos y constantes, sin baches de amarguras y antorchas con la forma de tu nombre irrigan por donde se posa mi pie. Sucede que te extraño como se extrañan pocas cosas en la vida y suelo amarte como todas ellas; sin embargo la obligación que tengo de seguirte, amarte, soñarte y extrañarte se me convirtió en la cotidianidad que sacude mi vida, tan extrañamente bella me acostumbraste que ya te deslizas demasiado impasible e intocable.
El problema de tenerte impregnada en mi corazón es que ataste casi sin quererlo, un pedacito de ti que no se nota a simple vista y ciertamente estoy por creer que he perdido una eternidad sin nombre siendo tu sombra, pensando... que realmente nunca te has ido o yéndote sin quererte ir.



                                                                   Andres Ulloa